25 jun 2009

Néstor Barron

ÉTICA DEL SOLDADO

Fui engendrado por un siglo
que huyó con el rabo entre las patas.
Es por eso que si me lo cruzo en
algún bar,
simplemente
lo derribo de un puñetazo en la boca y
continúo liando mi cigarrillo (siempre
fumo en bares en los que, pase
lo que pase, el héroe
soy yo).

Vinieron a buscar a los judíos, a
los negros, a los bolivianos. Pero
a mí no.
En realidad sí vinieron,
pero siempre me ocupé
de que no me encontraran en casa.

Yo hubiera podido darte esa vida
que soñabas.
Pero es que tengo esta puta rosa blanca en el pecho
que sangra
que sangra
que desangra.

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