25 jun 2009

Mariano Schuster

TRÓPICO DEL CÁNCER

El hombre fulminado por la luz
El hombre al que el cáncer lunar le arrebató la presencia
El hombre nacido en la pobreza autoritaria
El hombre de mirada quebrada
El hombre marcado por la estirpe de Yaveh,
El hombre que quiso dormir bajo cielos de paz
El hombre que se emocionó con el sonido de la lluvia
El hombre que desapareció en el punto donde cayó su cuerpo
y que ahora esta rodeado de vida

Lo he visto, me sostuvo en sus brazos a mis seis meses de edad y progresiva locura.
Lo he visto de pie
a cien mil años luz de historia
soltando lágrimas en un Nuevo Cinema Paradiso.
Lo he visto reír y llorar, llevándome de la mano por lugares que ya no desconozco.
Lo he visto Lo he visto Lo he visto
caminando todas las veredas con el vidrio empañado de sus ojos,
ingresando en los viejos cines y los buenos bares
donde aún no estamos a salvo.
Lo he visto levantarse de su caja negra
para recordarme que soy
sólo otro hombre,
ni más ni menos que un hombre,
a quien la locura le arrebató seis millones de hermanos
en Treblinka, Auschwitz y Buhenwald.
Lo he visto
rechazar a todo asesino, sea este judío, católico, palestino o simplemente asesino.
Lo he visto en sueños,
en sueños en los que me es imposible conciliar el sueño.

Porque él es mi padre,
y me impidieron leer un Kadish el día de su muerte.
Porque el es mi padre,
un judío errante, de la diáspora que aún no ha terminado.
Porque él es mi padre
que está del otro lado del mundo, donde no hay lágrimas ni muerte.
Porque él es mi padre
que murió de cáncer por saber demasiado.
Porque él es mi padre
que dio lo mejor de sí.
Porque él es mi padre
y no pueden robarme el nombre.
Porque él es mi padre
con todas sus depresiones.
Porque él es mi padre
y yo soy un poeta mishigene
cuya terapia es la risa y el llanto.
Porque él es mi padre
y también es mi hermano.
Porque él es mi padre
y me ha enviado a otros padres.
Porque él es mi padre
y sabrá comprenderme.
Porque él es mi padre
y yo no supe verlo a tiempo.
Porque él es mi padre
y está escribiendo algo de mi historia.
Porque él es mi padre
y si algo hay es también su presencia.
Porque él es mi padre
y si un día vuelvo a verlo, cuando también yo esté del otro lado de este mundo, donde todos los hombres tienen un lugar, donde la injusticia, la guerra y la muerte han sido derrotadas en un Jerusalem que es un crisol de hermanos, David me guiará hacia él con su vieja y buena estrella, y me dirá Shalom en un abrazo que iluminará y curará con creces la vida y el amor de nuestros sueños mortales.

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